Si ya se que hace mucho que no posteo un capítulo pero es que tengo el proyecto un poco abandonado. En fin, espero poder llevar un ritmo mayor y sostener la frecuencia de publicación. Si ya os habéis olvidado de que va esto o sois nuevo en el menú de la derecha pinchand dentro de la sección de categorías en "Novela" y ahí están todos los capítulos recopilados.
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-La sorpresa-
- ¡¡¡QUE HAS HECHO QUÉ!!!- la cara de Sam estaba totalmente roja y podía verse perfectamente como palpitaba la vena que recorría su sien, parecía como si en cualquier momento fuera a expulsar espuma por la boca. Normal; Silvia, esbozando una media sonrisa, sostenía en su mano derecha el libro que había sustraído del despacho del profesor Gutrier y lo balanceaba de un lado a otro.
¿No te pica la curiosidad, Sam?- le preguntaba Silvia agitando el libro cada vez más cerca de su cara.
¡Curiosidad!, ¡qué si me pica la curiosidad! ¡ESTAS LOCA!, no tienes ni la menor idea del lío en el que nos has metido, ahora mismo no me pica precisamente la curiosidad ¡ira! ¡odio!, eso es lo que siento en estos momentos- la frente de Sam se cubría cada vez más de sudor y thania podía ver como cerraba con más y más fuerza sus puños, instintivamente se acurrucó hacia la esquina de la pared que tocaba con la cama donde estaba sentada, desde allí podía ver como en una esquina sentada en una silla de estudio con ruedas se movía de un lado a otro de su habitación Silvia; parecía disfrutar provocando el enfado se Sam, el cual al otro lado de la habitación, apretaba los dientes con fuerza
- Decidido, después de las clases iremos de nuevo al despacho del profesor y dejaremos el libro donde estaba- sentenció Sam tras sentarse en el borde de la cama- tenemos que planearlo cuidadosamente no nos podemos arriesgar a que nos pillen. Si lo hacen probablemente nos expulsarán del campus y ninguno queremos llegar a eso ¿verdad?- Sam miró a las dos chicas de la habitación y estas asintieron, aunque Silvia fruncía el ceño y había sustituido su pícara sonrisa por una expresión de disgusto.
- Está bien Sam, después de las clases quedamos en la entrada del despacho del profesor- refunfuño Silvia- ¿estás de acuerdo Thania?
- Vale, allí estaré
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Tan solo habían pasado dos horas desde que Silvia había discutido con Sam, le encantaba hacerlo rabiar, era su afición favorita y le disgustaba tener que ceder y devolver el libro, pero tenía razón, si los pillaban se jugaban algo más que una simple sanción. De todas formas aún quedaban tres horas por delante hasta que terminaran las clases y Silvia quería aprovecharlas al máximo estudiando ese libro tan extraño que el profesor Gutrier guardaba en su despacho. Parecía estar forrado con algún tipo de piel de animal, cosida a ella una hebilla impedía que el libro se abriese accidentalmente lo que hacía muy cómodo su transporte. Una vez abierto en su interior Silvia pudo comprobar que las páginas lucían un tono amarillento que atribuyó al paso del tiempo así como el que algunos caracteres fueran ya ilegibles debido al desgaste de la tinta. En todas y cada una de las páginas había anotaciones hechas con lapicero, algunas incluso escritas sobre los restos de otras borradas con anterioridad. El libro estaba plagado de extraños caracteres e ilustraciones, todas ellas reflejaban lo que parecían rituales y en todos y cada uno de ellos se repetía una constante, los cuchillos ondulados. Silvia se preguntaba qué clase de mente enferma podía disfrutar con este tipo de lectura y siguió pasando una página tras otra hasta que llego a una parte del libro que se salía de lo habitual, algo verdaderamente interesante.
CONTINUARÁ...
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